
Precio de localidades: 15€ (General) y 10,50€ (Descuento)
El precio de descuento, (-30%) aplicable sobre el precio de la localidad a Estudiantes < 30 años, desempleados, familias monoparentales y víctimas de violencia de género.
Punto de venta online: auditorio.aytoleon.es
Taquilla del Auditorio: mismo día del evento, desde las 16:30 horas
Apertura de acceso: a las 19:30 horas (Cierre 5 minutos antes del comienzo)
Duración estimada: 180 minutos (con descanso)

PLATEA – Programa Estatal de Artes Escénicas
‘Iribarne’ es un tipo nacido en el mismísimo pueblo de Rouco Varela (sí: el cardenal) durante la Monarquía de Alfonso XIII (¿el primer promotor del cine porno en España?, sí-sí: ese). Emigrado a Cuba con tan solo un añito, coincidiendo con la inauguración de la dictadura de Primo de Rivera, tras hacer Las Américas durante un par de años nuestro protagonista vuelve triunfante para ser el hijo del alcalde (¡y el de la francesa!). Empieza el Bachiller con la entrada de la II República, casi-casi se hace cura durante la guerra civil, pero decide pirarse a Madrid siguiendo el rastro de otro gallego ilustre nada más inaugurada la Era del Susodicho (sí, claro: El Caudillísimo). Con tanto ahínco intentó ser como él que, más pronto que tarde, llegó a ser su ministro, a pesar de haber disparado dos días antes contra el culo de su hija (pero ¡qué dices! Sí-sí: ¡dato real!). Habiendo sido el primer y mejor opositor de España, quiso sustituir al Caudillo cuando este murió. No pudo ser: no iba por oposición. Tuvo que conformarse con el cargo de virrey en su querida Terra Galega.
‘Iribarne’ es un intento (irreverente) por comprender cómo hemos llegado hasta aquí caminando de la mano de uno de esos personajes secundarios -pero increíblemente imprescindibles- de la hermosísima Historia de “Esta España Mía, (Esta España Nuestra)”. De esta “España Viva, de Esta España Muerta”.
‘Iribarne’ es un biopic del político gallego y una revisión de la historia de la Transición Española que se convierte en una exhumación sin remilgos, frontal, y en donde el público, a quien se llama “el pueblo”, es interpelado constantemente.